Puebla: el ascenso de las mujeres al poder
Las elecciones del 2018 marcaron un antes y un después para la historia de Puebla. Más allá de la forma en que se resolvió la gubernatura, la entidad se encuentra ante un hecho histórico al tener su primera mujer en Casa Puebla, pero además con un importante empoderamiento del género femenino con la conquista de importantes alcaldías de la zona metropolitana.
El gobierno de Puebla capital quedó en manos de Claudia Rivera Vivanco, una mujer salida de las bases de izquierda, siempre ligada a la corriente obradorista, aunque en la práctica se le ha visto muy de cerca con el morenovallismo e incluso, como la única alcaldesa que avala el triunfo de Martha Erika Alonso.
San Andrés Cholula fue entregado a Karina Pérez Popoca, una ciudadana con poca participación política pero cercana a movimientos sociales. Su triunfo quedó ensuciado luego de que un exfuncionario del Instituto Electoral del Estado (IEE) acusara que hubo fraude electoral.
Huejotzingo fue ganado por Angélica Alvarado Juárez, una joven profesinista metida en política desde años atrás, quien buscó inicialmente la candidatura por el Partido Acción Nacional (PAN), pero al no encontrar apoyo de la estructura morenovallista viró estratégicamente a la izquierda, consiguiendo la alcaldía abandera por Juntos Haremos Historia.
En San Martín Texmelucan la empresaria Norma Layón Aarún se hizo de la candidatura de Morena y a pesar de las críticas recibidas en campaña por la falta de conocimiento de su municipio, logró colocarse como la preferida de los electores.
Caso especial es también el de Marisol Cruz García, quien se desempeñaba como catedrática en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), pero que en medio de la conformación de las bases morenistas encontró cabida como candidata en Tecamachalco, donde arrebató el triunfo a Puebla Unida y al propio alcalde Inés Saturnino, quien intentaba dejar en el cargo a su hermano Isaac.
Otra de las mujeres que ascendieron al poder de la mano de Morena es María del Carmen Nava Martínez en Acatlán de Osorio, quien supo hábilmente capitalizar el hartazgo social contra el PRI y el PAN, para obtener un triunfo contundente en las urnas y arrancar un gobierno en el que las mujeres llevan mano.
Con el triunfo en estas alcaldías las mujeres gobiernan prácticamente la mitad de la población en el estado de Puebla, cuya mayor concentración se ubica en la ciudad capital.
El ascenso no es causalidad, sino más bien producto de diferentes variantes, entre las que destacan la Reforma Electoral que obligó a los partidos políticos a designar 50 por ciento de candidaturas a hombres y mujeres, la postulación de féminas en los municipios donde los partidos políticos creyeron erróneamente que tenían menor posibilidad de triunfo y la votación histórica de más del 60 por ciento.
Twitter @mecinas
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