Las dos visiones de la profesionalización docente
Para buscar las y los mejores maestros en las aulas de México, podemos distinguir tres grandes diferencias entre la Reforma Educativa de 2013 y la que actualmente se propone para 2019 mediante una reforma constitucional que ya se encuentra estacionada en el Congreso de la Unión. La primera distinción tiene que ver con la relación entre la evaluación y la profesionalización docente, luego con el fortalecimiento del Normalismo, y finalmente con la estructuración del servicio de carrera magisterial.
En cuanto al primer elemento a analizar, y a diferencia de la Reforma Educativa de 2013 promovida por el entonces titular del Poder Ejecutivo Enrique Peña Nieto, la nueva reforma constitucional en materia educativa - apuntalada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador – desvincula la capacitación y formación continua magisterial de la evaluación. Con ello, busca eliminar cualquier carácter punitivo existente, tal y como lo planteó este último con gran claridad durante toda su campaña. Es decir, con esta reforma lopezobradorista no habrá docentes cuyo cese esté relacionado con presentar o no un examen.
En materia del Normalismo, con la Reforma de Peña Nieto se abrió el ingreso docente a aspirantes ajenos a las Escuelas Normales, es decir, se desmonopolizaron estos espacios públicos y se acabó con el pase directo y la herencia de plazas que eran un contrasentido a las políticas internacionales de educación de calidad existentes. Con lo anterior, aunado a fenómenos sociales como el ocurrido en Ayotzinapa con los 43 estudiantes que desaparecieron, la matrícula nacional normalista cayó hasta en un 50 por ciento, según la misma Secretaría de Educación Pública. Hoy, con la nueva reforma, sin plantear ajustar esta evaluación de ingreso, sí se argumenta un impulso necesario a la fortaleza de las Escuelas Normales para recomponer esta baja matricular y mejorar los esquemas internos dentro del sistema de formadores de docentes.
En el último aspecto de este análisis, es importante destacar que la Reforma Educativa de 2013 institucionalizó – como nunca antes - un servicio de carrera para el magisterio de México. Es decir, reguló con la Ley General del Servicio Profesional Docente el ingreso, las promociones y la permanencia de las y los maestros en el sistema educativo, apuntando como cualidad principal el “mérito” por encima de las designaciones directas y compadrazgos con los que se movían las plazas en el pasado.
Y es que la premisa que permeó en todo el país con la Reforma de 2013 fue la de reclutar a mejores maestros y maestras con perfiles idóneos para el cargo docente, y así se avanzó con la evaluación de más de 1 millón 200 mil trabajadoras y trabajadores de la educación en todo el país, en donde 134 mil buscaron promoverse a mejores cargos mediante exámenes y casi 660 mil personas intentaron ingresar – bajo este método abierto – a una plaza de maestro o maestra.
En la actual propuesta, se plantea la transformación de este sistema al del Servicio de Carrera Profesional del Magisterio en donde se apliquen las primeras dos premisas de este texto con la vigilancia de un órgano autónomo renovado en donde se revalorice la función magisterial.
*Presidente del Colegio de Profesionistas Compartir Conocimiento A.C.
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