La profesionalización del servicio público municipal
Muy probablemente un sistema de profesionalización de los recursos humanos de la administración pública es una gran idea; pero, como todo ejercicio de reforma administrativa se enfrenta a la contingencia de las rutinas de la organización (Nieto, 2007). Sin duda, son justamente esas resistencias, incrustadas en la cultura organizacional de las instituciones públicas, las que obligan a plantear que deben ser graduales estos cambios y que la llegada de los perfiles más idóneos para servir al pueblo tendrá que darse partiendo de lo posible, adaptándose a algunas dinámicas existentes como la de la lealtad y abriéndose a otras nuevas con la absolutamente necesaria voluntad de las y los nuevos gobernantes. Y la mayor oportunidad para ello, entendiendo esta obligada flexibilidad, se encuentra en la autoridad municipal como la instancia de mayor cercanía con la población.
Hoy, en el país, con la elección de nuevas autoridades, se abre otra vez la ruta para la profesionalización del servicio público, pero con la expectativa de que se presente desde el ámbito municipal. Para ello, aquí planteamos algunos elementos que nos acercarían a ello:
Empezar por uno de los espacios significativos de alta necesidad técnica en donde sean transversales intereses económicos y políticos como lo son las áreas de obras públicas, contraloría, tesorería o servicios municipales.
Ciudadanizar el nombramiento de las cabezas del área apoyándose inicialmente de organizaciones de la sociedad civil ya existentes como colegios de profesionistas y universidades de impacto en la municipalidad que garanticen la llegada de expertos y expertas en la materia legitimadas técnica y éticamente.
Desarrollar una convocatoria abierta y transparente en cada una de sus etapas con la máxima publicidad posible que garantice transitar de la legitimidad de la élite técnica a la validación popular.
Crear un consejo de profesionalización o algún órgano ciudadanizado de variada representatividad popular y técnica–inscrito en la normatividad municipal- que, de forma paralela al cabildo, acompañe el proceso de nombramiento, fiscalice periódicamente los trabajos y prepare nuevas convocatorias para los siguientes espacios, así como arranque el proceso de instalación del servicio profesional de carrera en todo el ayuntamiento y que esto pueda trascender de dos a tres administraciones para cumplir objetivos específicos.
Garantizar el funcionamiento del aparato ciudadano con un presupuesto base irreductible, pero basar la esencia del mismo en la instrumentación de sinergias y colaboraciones de instancias educativas y civiles que reduzcan significativamente costos.
La participación ciudadana se distingue por su nivel de involucramiento de los ciudadanos en los asuntos del Estado, particularmente, en la administración pública, lo cual también la distingue de la participación social que se visualiza en organizaciones que defienden intereses particulares o la participación política que se distingue por considerar el papel de los ciudadanos dentro del sistema político, particularmente en los partidos políticos (Camacho, 2020). Y en la propuesta aquí esbozada se contemplan estos tres elementos para explorar el posible arranque de un modelo de profesionalización en el servicio público municipal.
1. Nieto Morales F. (2007). La consolidación del Servicio Profesional de Carrera como un problema de rutinización organizativa. http://revistabuengobierno.org/home/wp-content/Documentos/RSP8_3.pdf
2. Camacho Pérez J.A. (2020). Participación ciudadana para el combate a la corrupción. Un análisis del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción. http://revistabuengobierno.org/home/wp-content/uploads/2020/03/BG_28_6.pdf
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