Hallan vestigios en escalinatas del Pocito de la Pirámide de Cholula
Se trata de restos de cerámica y una representación de Tláloc
por Redacción
San Andrés Cholula, Pue. (Quinceminutos.MX).– Nuevos vestigios arqueológicos fueron hallados durante los trabajos de restauración de las escalinatas que llevan al Pocito de la Gran Pirámide de Cholula y al templo de la Virgen de los Remedios.
El hallazgo fue confirmado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al explicar los descubrimientos y la trascendencia de éstos elementos que datan de la época de esplendor de la zona prehispánica.
El primer descubrimiento en esta escalinata, ubicada al costado oriente de la Gran Pirámide de Cholula, es un núcleo de adobe que correspondería al relleno de la quinta etapa del basamento, fechada hacia finales del periodo Clásico en esta región (100-600 d.C.).
De acuerdo con la coordinadora de los trabajos de rehabilitación, Catalina Castilla Morales, y la arqueóloga designada por el INAH para la supervisión de los mismos, Mariana Toledo Mendieta, este núcleo es evidencia del proceso constructivo usado por los antiguos cholultecas para expandir su monumento.
“A pesar de que ya no tenemos la fachada ni el enlucido de la sexta etapa de la pirámide, estos núcleos insinúan la forma que el edificio habría tenido”, explica Toledo Mendieta.
Así, en un espacio que se propone fue un descanso en el talud del Tlachihualtépetl o “Cerro hecho a mano”, en náhuatl, se localizó una acumulación inusual de material cerámico que, una vez analizado, probó corresponder a restos de braseros prehispánicos.
“Aún no se ha determinado su antigüedad y si tenían una función ritual o se trataba de luminarias de la pirámide, pero es claro que hubo un uso sostenido del fuego en este sitio y que, al momento en que uno de los braseros se quebraba, en vez de retirarlo, colocaban otro encima de él”.
Para la arqueóloga otro descubrimiento relevante es el de la preforma de una escultura cilíndrica en piedra blanca, de 30 centímetros de altura, que representa a Tláloc, dios de la lluvia, reconocido por sus características anteojeras y por el diseño de sus colmillos.
Los fragmentos de los braseros y la escultura se resguardan en un laboratorio temporal. Una vez concluido el proyecto, serán entregados al Centro INAH Puebla.
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