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Genoveva la disonante segregadora

Foto del escritor: Quinceminutos.MXQuinceminutos.MX

Cuando en el año 2015 Genoveva Huerta Villegas buscaba la candidatura del PAN a la diputación federal por el Distrito 09, del que era suplente en ese momento, en el círculo cercano del morenovallismo fue rechazada por su físico y hasta se le exigió modificarlo.

La versión fue hartamente conocida, comentada y narrada en los círculos políticos y a muchos nos indignó.


Ella no caía bien a quien dictatorialmente tomaba las decisiones desde el poder, pero tuvo en su compañera panista y titular en ese momento de la curul en la LXII Legislatura, Blanca Jiménez Castillo, un apoyo incondicional para que, en justicia, Genoveva fuera la abanderada, porque lo merecía por su trabajo y además era la única que tenía posibilidades reales de ganar.


Y así fue, la entonces joven y también entonces juvenil Genoveva fue la única que pudo conseguir una victoria para el panismo en la capital, cuando la alianza PRI-PVEM ganó en las otras tres demarcaciones federales que tienen asiento en el municipio.


Huerta era considerada entonces por sus compañeros una mujer de graves limitaciones. Le endilgaban y le endilgan aún calificativos francamente viles.


Genoveva ha sido constantemente segregada en el Partido Acción Nacional (PAN), de frente y a sus espaldas, pero aún así y por los padrinazgos adecuados, llegó y es todavía presidenta del Comité Directivo Estatal (CDE) panista.


Los desplantes necios y negativos hacia ella han estado, como siempre en estos casos, motivados por razones sociales, culturales y políticas.


Se ha sobrepuesto. Y precisamente por ello no hay cómo entender que ella, quien ha sufrido por no corresponder con los estereotipos de un sector racista del PAN, sea hoy una segregadora.


Huerta ha escupido descalificaciones, por deficiencias físicas de otros. Supongo que cree que está dando una “lucha política”.

Lo ha hecho contra el gobernador Miguel Barbosa Huerta, por la amputación que sufrió. La festeja.


Este lunes, sin rubor, se burló del positivo a Covid-19 que dio la coordinadora de Comunicación Social y Agenda Digital del gobierno del estado, Verónica Vélez Macuil.


No reparó en la, por ejemplo, solidaridad de género que debería existir. Al menos, Genoveva Huerta la tuvo de Blanca Jiménez Castillo. Desconozco si Genoveva correspondió con ello.


La panista segregó a una persona por una enfermedad que, en la actual pandemia, con la gravedad del caso, debiera preocuparnos a todos.


En sus limitaciones, me refiero a las ideológicas, Huerta Villegas supuso que ese era un buen motivo para dar la “batalla política”.


¿Es esta la dirigente que, en lo institucional, representa a panistas de la estatura de Eduardo Rivera Pérez, quien será el candidato a la alcaldía, si los panistas quieren dar una pelea seria, o a la histórica Ana Teresa Aranda?


¿En serio esa es su dirigente?


¿Con ella, que evidencia este nivel de segregación, a la cabeza, va a ir el PAN en Puebla a pedir votos en 2021?


La actitud de la presidenta del CDE del PAN me parece, válgase la analogía, como si alguno de los judíos sobrevivientes del complejo de Auschwitz, luego se hubiera convertido en líder del Ku Klux Klan. Es demencial.


Twitter @Alvaro_Rmz_V

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