Fallece el maestro Enrique Bátiz Campbell; deja un legado eterno en la música clásica
Fundador de la Orquesta Sinfónica del Estado de México y titular de la Filarmónica de la Ciudad de México

Ciudad de México. (Quinceminutos.MX). -A la edad de 82 años, este domingo 20 de marzo falleció el maestro Enrique Bátiz Campbell, fundador de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM) y titular de la Filarmónica de la Ciudad de México.
El maestro Enrique Bátiz deja un legado imborrable en la historia de la música clásica en México y el mundo. Reconocido por su excepcional talento como director de orquesta y pianista, Bátiz dedicó su vida a la difusión y engrandecimiento del repertorio sinfónico, formando y dirigiendo algunas de las agrupaciones más importantes del país.
En 1971, fundó la Orquesta Sinfónica del Estado de México, con la visión de crear una institución de excelencia musical. Bajo su dirección, la OSEM alcanzó reconocimiento internacional, consolidándose como una de las mejores orquestas de Latinoamérica.
Además, estuvo al frente de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Sinfónica Juvenil de México y dirigió importantes ensambles como la Orquesta Filarmónica Real de Londres, llevando la música mexicana a escenarios de prestigio mundial.
El Centro Nacional de las Artes expresó su admiración y respeto por la trayectoria del maestro, señalando en un comunicado:
"Con profunda tristeza, desde el Centro Nacional de las Artes lamentamos el fallecimiento del Mtro. Enrique Bátiz, reconocido director de orquesta y pianista de extraordinaria talla, cuya pasión y dedicación por la música dejaron una huella imborrable en el ámbito cultural. Extendemos nuestras condolencias más sinceras a su familia, amigos y a toda la comunidad cultural. Su legado perdurará por siempre en cada nota que tocó y en cada alma que inspiró".
Más allá de su impresionante carrera, Enrique Bátiz será recordado como un pilar de la música sinfónica, un mentor para nuevas generaciones de músicos y un embajador del talento mexicano en el mundo.
Su inquebrantable pasión por la música sigue resonando en cada sinfonía, en cada obra interpretada y en el corazón de quienes lo admiraron.
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