El diálogo es el principal cambio en la interacción del ser humano con la IA: expertos
Ximena Gutiérrez Vasques y Sebastián Tonda coincidieron en que la interdisciplina sería una de las formas de encaminarla hacia un bien colectivo, y no un beneficio individual
Ciudad de México (UNAM).- Durante el evento, expertos discutieron los riesgos y desafíos que plantea la inteligencia artificial (IA) en la sociedad actual, subrayando que esta tecnología ha trascendido su ámbito técnico para convertirse en una herramienta de uso común que nos incumbe a todos.
El director del CEIICH, Mauricio Sánchez Menchero, presentó el nuevo programa "Macrodatos, Inteligencia Artificial e Internet", diseñado para explorar y aprovechar el vasto potencial de los datos en la era digital. Este programa tiene como objetivo ofrecer una visión crítica y práctica de cómo las herramientas basadas en IA transforman a las sociedades, desde el análisis predictivo hasta la detección de tendencias.
Ximena Gutiérrez, experta en lingüística computacional e inteligencia artificial, destacó la evolución del concepto de IA desde la década de 1960 hasta su uso generalizado en la actualidad. Enfatizó que la tecnología, que antes era dominio exclusivo de los estudiosos de ciencias de la computación, ahora está presente en muchos artefactos cotidianos, generando un diálogo directo con los seres humanos.
Gutiérrez también mencionó que, aunque la IA es capaz de automatizar procesos como la traducción de idiomas, aún enfrenta limitaciones significativas. Por ejemplo, mientras que herramientas como ChatGPT funcionan bien para idiomas con amplia presencia digital como el español, inglés y francés, fallan en lenguas menos documentadas digitalmente, como el náhuatl. Además, advirtió sobre los riesgos de uniformar o eliminar la diversidad cultural y lingüística debido a la proliferación de estas tecnologías.
Sebastián Tonda, autor del libro "Irremplazables: Cómo sobrevivir a la inteligencia artificial", subrayó la urgencia de discutir la naturaleza humana y la inteligencia, más allá de si la IA podrá o no reemplazarnos. Enfatizó que la regulación de la IA no provendrá de los países líderes en su desarrollo, como Estados Unidos y China, quienes están más enfocados en obtener ventajas competitivas. En cambio, las regulaciones más avanzadas están surgiendo de la Unión Europea, que está implementando marcos regulatorios basados en los riesgos de las aplicaciones de IA.
Tonda también resaltó la importancia de normar la gobernanza de las compañías desarrolladoras de IA. Señaló que, a diferencia de otras innovaciones tecnológicas que provienen de pequeñas empresas, la IA requiere inversiones significativas que solo grandes firmas como Facebook, Microsoft o Google pueden costear. Esto plantea un desafío en términos de concentración de poder y desarrollo ético de la tecnología.
Ambos especialistas coincidieron en que las universidades tienen un papel crucial en investigar, proponer y exigir mecanismos de gobernanza para las tecnologías de IA. La colaboración interdisciplinaria es esencial para encaminar el desarrollo de la IA hacia el bien colectivo y no solo para beneficio individual, promoviendo así un uso ético y responsable de estas herramientas tecnológicas.
El foro dejó claro que, aunque la IA tiene el potencial de crear prosperidad para la humanidad, es crucial regular su desarrollo y aplicación para asegurar que sus beneficios sean equitativos y no comprometan la diversidad cultural, la privacidad y la seguridad de los datos.
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