Comencemos por hablar de nosotros
Actualizado: 2 mar 2020
Contrario a lo ocurrido en el Estado de México donde el feminicidio de la pequeña Fátima fue resuelto en ocho días, en Puebla el feminicidio de la niña Mayra y de su madre, perpetrado el pasado 27 de enero en Escape de Lagunillas, municipio de Chietla, sigue sin poder ser esclarecido, no hay detenidos, ni mucho menos una versión oficial de los hechos.
De acuerdo con seguimientos periodísticos, hasta el asesinato de Verónica de 14 años, en Nanacatepec, Zihuateutla, sucedido el 18 de febrero, sumaban 23 asesinatos violentos de mujeres en el estado de Puebla, de los cuales, al menos 10 habrían ocurrido en enero.
La violencia en la entidad varía en cifras, ya que las autoridades reconocen con la figura jurídica de feminicidio únicamente siete casos del primer mes del año, sin que haya todavía una cifra final para febrero.
Aun así, los datos indican el asesinato de una mujer, en cualquiera de sus formas, cada dos días en el estado de Puebla, en el presente año, mientras que las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) arrojan que en todo el 2019 se iniciaron 58 carpetas de investigación, exclusivamente por feminicidio.
La tragedia por la que atraviesa el estado y el país entero, debe verse en dos vertientes: las cifras que son duras y frías, sin embargo, lo que más duele son las historias y la violencia ejercida cada vez con mayor frecuencia.
A pesar de todo, lo más urgente es por comenzar a entender el origen de estos asesinatos, que más allá de responsabilizar debe ir hacia la búsqueda de soluciones en conjunto, en la que todos, hombres y mujeres, debemos participar de manera decidida, con la certeza de estar defendiendo ya ni siquiera el futuro cercano, sino la vida de nuestras hijas, hermanas, primas, tías y todas aquellas que han sido parte de nuestras vidas.
Comencemos por entender y para ello hace falta el diálogo y la palabra…
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