Batres, chivo expiatorio, ante fracaso de estrategia contra marcha del INE
Ni la contingencia ambiental, ni la implementación del doble "Hoy No Circula", funcionaron para evitar la Marcha por la Democracia en la Ciudad de México. Al final, el fracaso del gobierno de Claudia Sheinbaum en la estrategia para frenar la movilización a favor del INE recayó sobre los hombros de Martí Batres, su secretario de Gobierno.
Fieles al manual establecido de la 4T y su máxima: "échate la culpa y quédate callado", los obradoristas una vez más agacharon la cabeza y prefirieron sacrificar a cualquiera de sus alfiles, en lugar de afectar la imagen de la presidenciable y tal vez, la principal financiadora del movimiento desde el poder público.
Al grito de "El INE no se toca", la Marcha por la Democracia se convirtió en un mensaje de miles de mexicanos de diferentes estratos sociales que salieron -algunos de manera libre y otros como acarreados- a protestar en contra de la cuatroté y en defensa de la democracia.
El discurso lanzado durante una larga semana por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde la tribuna de la mañanera, sirvió para dos cosas: una, para promocionar la marcha en lugar de evitar el golpe político a su gobierno y dos, para radicalizar aún más al ya polarizado país. El efecto quedó claro, con una movilización masiva y las agresiones verbales de morenistas en contra de los manifestantes. Lo mismo en la Ciudad de México que en Puebla, en Tehuacán o cualquiera de las más de 50 ciudades donde la gente se agolpó en las calles.
Al final del día, el chivo expiatorio terminaría siendo Martí Batres con su simplista cifra de "entre 10 mil y 12 mil personas" sobre quienes se manifestaron en paseo de la Reforma, la principal avenida de la Ciudad de México, esa que se llenó desde el Monumento a la Revolución hasta más allá del Ángel de la Independencia.
La cifra lanzada por Batres no fue casualidad, ni mucho menos un dato lanzado al azar, sino todo lo contrario, la excusa perfecta y delineada para desviar la atención que recaía desde el domingo sobre Sheinbaum y de esta forma, centrarla en su opacado secretario, ese que ha sido uno de los más fieles a López Obrador pese a ser uno de los más representativos izquierdistas en México, y cuya trayectoria está enraizada en las épocas en que AMLO aún era pupilo del más viejo PRI.
Al final del día, la marcha dejó un mensaje claro: la oposición tiene músculo y está más fuerte de lo que se creía, pero no la oposición de los partidos políticos, sino de la ciudadanía, y esa, es aún más temible.
Colofón
Ayer me preguntaban precisamente que si ¿estoy en contra de la reforma al INE?
—No, en realidad—, contesté y me enfrenté a la mirada inquisidora. Me parece -dije- que el INE requiere unos ajustes, principalmente de nómina, pero ni una coma más. Tocar al INE es morder la mano de la democracia que permitió el derrumbe de la dictadura priista y no debe permitirse, de ningún modo, el surgimiento de una más.
Twitter: @mecinas
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