Arqueólogos del INAH hallan en Puebla entierros de la Intervención Francesa
Actualizado: 22 mar 2022
En el Templo de San Francisco Javier se han localizado los restos de al menos 20 individuos
por Redacción
Puebla, Méx. (Quinceminutos.MX).- Los restos de al menos 20 personas que habrían sido enterrados durante la época de la Intervención Francesa, han sido localizados por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el Templo de San Francisco Javier de la ciudad de Puebla, durante los trabajos impulsados por el gobierno del estado para convertir el inmueble en un museo.
De acuerdo con lo informado por el INAH se trata de seis entierros primarios y dos secundarios, uno con seis individuos y otro con 14, entre los que destaca el caso de los restos de un hombre con una herida de bala en el hueso iliaco y el propio proyectil.
El Templo de San Francisco Javier ha tenido diversos usos desde su construcción a mediados del siglo XVIII. Inicialmente fue la capilla de un colegio jesuita, y con el correr turbulento del siglo XIX fue parte de un hospital provisional, prisión e incluso escenario de la resistencia mexicana durante la Intervención Francesa, al ser utilizado como fortificación.
La Secretaría de Cultura federal, a través de un equipo de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), desde enero realiza acciones de salvamento arqueológico en este inmueble, donde se ha recuperado un grupo de entierros humanos, los cuales en su mayoría podrían estar relacionados con las epidemias decimonónicas y, especialmente, con la época de la invasión francesa y el imperio de Maximiliano de Habsburgo, entre 1862 y 1867.
De acuerdo con Manuel Melgarejo Pérez, investigador del Centro INAH Puebla, a partir del hallazgo de un individuo masculino que conserva un agujero de bala en el hueso iliaco izquierdo, así como el proyectil mismo que lo causó, se teoriza que el hombre falleció en plena guerra contra Francia.
A lo anterior, se suman otros materiales descubiertos como suelas de zapatos, botones de ropa y una cruz de metal que una mujer debió portar como collar, los cuales se estima corresponden a la segunda mitad del siglo XIX.
Asimismo, a partir de la asesoría al proyecto del historiador del Centro INAH Puebla, Jesús Joel Peña Espinosa, se sabe que el Templo de San Francisco Javier fue usado como fortificación por los combatientes republicanos tras el avance francés sobre los fuertes de Loreto y Guadalupe, en 1863. La resistencia se trasladó al poniente de la ciudad, donde se ubica el recinto que recibió entonces el nombre de Fuerte de Iturbide.
Sobre los restos del individuo con huella de bala, la antropóloga física Lizbeth Chicas Martínez, señala que este debió fallecer debido al impacto en el abdomen, “ya que seguramente atravesó órganos importantes, y por la época era poco probable que una persona sobreviviera con un proyectil dentro del cuerpo”.
Los expertos detallan que, de los seis depósitos primarios, se calcula que cinco son masculinos y uno femenino, mientras que, sobre las edades del grupo de entierros primarios, la antropóloga física, Chicas Martínez, destaca que todos son adultos y, al menos, sobrepasaban los 25 años al momento de fallecer.
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