Apuntes para la construcción de una nueva Institución Presidencial
A partir de que Andrés Manuel López Obrador rinda protesta como Presidente de la República, al reto - comprometido en campaña - de mejorar las condiciones del país, impulsar a la población con más carencias y combatir eficazmente la corrupción, se sumará la oportunidad de construir una nueva Institución Presidencial.
Es decir, el equipo de la llamada Cuarta Transformación debe asumir la visión de Estado de cambiar, no solamente las normas y el marco jurídico nacional, sino también las prácticas políticas y la lógica de ejercitar el poder público. Solamente así se fortalecerá la figura del Presidente y las Instituciones del Sistema Político Mexicano.
Para ello, se tiene que reflexionar sobre algunos ejes fundamentales en la construcción de un nuevo régimen. Primero que nada se deben ejecutar cambios estructurales basados en las instituciones y no en las personas. Sería un grave error crear espacios especiales para personajes que, aunque tengan un alto grado de capacidad o calidad ética, su nombramiento impida que esas instituciones mantengan vida, ritmo y continuidad en el tiempo.
Asimismo, se deben impulsar acciones para generar una real división de poderes que permee en las entidades federativas. En otras palabras, ir soltando los lazos y mecanismos de coerción que amarran a los Poderes Ejecutivo con el Legislativo y a su vez con el Judicial. La clave está en los mecanismos de selección y de independencia presupuestaria.
Al igual que, en los tres anteriores, se deben generar condiciones de libertad operativa y política para que los llamados órganos autónomos también cuenten con independencia y sean contrapesos reales y técnicos para el poder público. Asimismo, se vuelve necesario transitar a la autonomía de otras instancias que podrían soltarse de la estructura gubernamental como es el caso de los medios públicos.
Por supuesto, algo que debe marcar este sexenio es el empoderamiento ciudadano, lo que ya se percibe con las consultas públicas realizadas, pero que debe escalar a mayores espacios de participación, discusión, cuestionamientos, apertura de presupuestos y fiscalizaciones de la sociedad civil, empezando por considerar como fundamentales a actores de la nueva oposición. El equilibrio siempre es sano y construye Instituciones sólidas.
Finalmente, para que se rescate una desgastada Institución Presidencial, a ésta la deben acompañar nuevas estructuras públicas y superestructuras culturales y sociales que proyecten hacia el interior (las y los mexicanos) nuevas motivaciones y hábitos; y hacia el exterior (la comunidad internacional), una imagen de un nuevo México, más sólido, confiable, incluyente, honesto, justo, equitativo y con rostro humano como bandera para el desarrollo y la inversión.
@jorgeoropezaoax
*Presidente del Colegio de Profesionistas Compartir Conocimiento A.C.
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