Abramos la agenda por la libertad de expresión
Con el Congreso de la Unión instalado y próximamente con las legislaturas estatales completas y renovadas, es momento de poner sobre la mesa temas pendientes o que, como ciudadanía, nos han dejado insatisfacción en su legislación original. Una de las agendas urgentes a explorar es la de la libertad de expresión.
En ella, podemos distinguir seis temas fundamentales. El primero tiene que ver con la búsqueda de una publicidad oficial equitativa para impulsar medios libres en este país. Para ello, las y los actuales legisladores federales están muy a tiempo para ajustar el elemento más controvertido de la Ley General de Comunicación Social. El corazón de esta discusión está en cambiar al órgano administrador único de la Secretaría de Gobernación a una instancia pública autónoma que, con una mirada colegiada, genere criterios justos e incluyentes para repartir el presupuesto destinado a la propaganda de Gobierno.
El segundo tema es la protección de quienes practican el periodismo. Y es que en México ha sido rebasado el mecanismo existente en la Ley General para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas que se muestra insuficiente, lento e inoperante desde su creación en 2012. Ahora mismo, suman 148 periodistas asesinados y 21 desaparecidos en los últimos 18 años, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
La agenda por la libertad de expresión también debe pasar por ajustar el modelo de comunicación política de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, sobretodo en materia de formatos para evitar que la cultura del espoteo siga mercantilizando procesos que deben ser ideológicos y de debate político. Y de ninguna manera en la forma actual que pareciera una inyección vertical de una aguja hipodérmica.
Asimismo, hoy están puestas las condiciones para fortalecer a los medios comunitarios o de uso social en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, generando oportunidades para provocar el debate de ideas en las zonas más marginadas del país. Un quinto elemento de esta agenda pendiente es el fortalecimiento - en la misma ley - de los medios públicos; lo anterior, buscando figuras administrativamente autónomas para que sus líneas editoriales sean libres de las presiones, principalmente presupuestarias, de los Gobernadores en el caso de los estados o de otros poderes públicos.
Finalmente, es momento de saldar esa deuda con las audiencias y restituir sus derechos arrebatados con reformas que debilitaron sus defensorías y al órgano autónomo regulador que es el Instituto Federal de Telecomunicaciones.
¡Abramos la agenda! ¡Arranquemos la discusión!
*Presidente del Colegio de Profesionistas Compartir Conocimiento A.C.
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