Economía Ambiental, camino para lograr revertir el daño al medio ambiente
Necesario considerar que el costo privado resulta pequeño frente al costo público: especialista
La Dra. María Eugenia Ibarrarán Viniegra, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga SJ., (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla formó parte de los especialistas del Congreso Caminos de la Sustentabilidad, en donde presentó la conferencia Economía del Medio Ambiente.
Al respecto, la doctora en Geografía señaló que la finalidad de su ponencia es mostrar de qué manera se puede utilizar la economía ambiental como una herramienta de análisis y como instrumento para el desarrollo de políticas públicas. “Desde el IIMA estamos analizando la problemática del Río Atoyac para cuantificar los daños económicos que ha generado la contaminación de la Cuenca, de Tlaxcala hasta Valsequillo”.
A manera de introducción, la Directora del IIMA de la IBERO Puebla planteó cómo se puede utilizar la economía para analizar problemas y convertirlos en problemas económicos, con el objetivo de poder generar soluciones económicas. “Esto ya se aplica a nivel mundial para reducir la contaminación, proteger recursos naturales y resolver problemas ambientales”.
Sobre este punto, la Dra. Ibarrarán Viniegra preguntó ¿Por qué hay contaminación o deterioro ambiental? A lo que respondió que esto se da porque hay mucho de algo, es decir, muchas emisiones contaminantes, muchas afluentes contaminadas, mucha basura, y México tiene un problema grave de basura, de hecho afirmó que el mundo lo tiene pero aquí se acentúa más.
Además argumentó que si a esto se le suma la deforestación, la sobre explotación de recursos naturales, el resultado es una degradación ambiental acelerada, “una muestra de ello son la pesca indiscriminada por parte de las industrias pesqueras, los proyectos de extracción y su impacto ambiental”. Sobre esto afirmó que no se están generando bienes que reviertan este efecto, a nivel mundial los mercados están programados para destruir, debemos utilizarlos para construir.
La Dra. Maru Ibarrarán apuntó que es importante señalar que tanto en el modelo capitalista como el socialista hay mucha contaminación, y destacó que es una farsa que sea un problema del desarrollo, el tema es de sobrepoblación y el uso desmedido de los recursos sin considerar que ya hay esquemas para proteger los ecosistemas.
En cuanto al tema de economizar los problemas, la investigadora de la IBERO Puebla cuestionó ¿a quién le cuesta contaminar? A lo cual afirmó que esto no pega ni a productores, ni a consumidores, y algunas veces al gobierno, a quienes realmente afecta es a grupos sociales vulnerables. “En el caso del Atoyac el costo de contaminar no lo están pagando quienes producen o quienes compran, ese costo lo están absorbiendo las familias de niños que están enfermándose de cáncer en riñones, ahí está el efecto”.
¿Cómo hacer que los generadores del daño paguen por sus actos? “Lo que se debe hacer es que las multas a las empresas incluya el costo del tratamiento de cada uno de los afectados, esto hará que el monto de la sanción sea alto y por ende reconsideren el verter contaminantes al cauce de la cuenca, de ahí la importancia de contar con medidas coercitivas para responder a estos hechos”, sentenció.
Otro de los ejes abordados por la integrante del Sistema Nacional de Investigadores fue el de la oferta y la demanda como elementos implícitos de los mercados en el mundo. Sin embargo aseveró que estos no deben tener una connotación mala, sino que deben entenderse como una forma de hacernos de los recursos que necesitamos a cambio de algo que podemos ofrecer.
Asimismo, la Dra. María Eugenia aclaró que para poder evaluar los resultados es fundamental estudiar el mercado para saber cómo funciona, así como las fallas de los mismos, “el mejor ejemplo de esto son las minas, el derecho de propiedad se les da a las transnacionales cuando debería ser la comunidad la que tendría que beneficiarse de la explotación de su tierra”.
Para concluir, la especialista señaló que otros efectos contrarios al cuidado del medio ambiente son las externalidades, bienes públicos, la pobreza y la iniquidad. Fenómenos generados por los mercados, quienes distribuyen los beneficios solo a quienes los pueden pagar.