El hábito de 5 minutos que puede cambiar tu vida
En el mundo de hoy, es muy fácil desviarse de hacer lo que realmente es importante. Todos los días somos bombardeados por muchas distracciones. Ser capaz de minimizar estas distracciones y enfocar nuestro tiempo en lo que es importante, hará una gran diferencia en nuestra vida. Para lograrlo, hay un hábito de 5 minutos que puede tener un impacto significativo. Es muy simple: decirle a nuestro tiempo adónde debe ir. ¿Cómo? Tomemos 5 minutos de cada día para anotar nuestro horario o agenda prevista para el día siguiente.
Este sencillo hábito puede ayudarnos a mantenernos en el camino correcto en función de nuestras metas, a disminuir el tiempo perdido en actividades sin importancia y nos ayuda a asegurarnos que estamos invirtiendo nuestro tiempo en lo que tiene prioridad para nosotros.
A continuación, algunos consejos para utilizar eficientemente este poderoso hábito:
1. Reservar tiempo para hacer algo que amamos
Cada día, reservemos un espacio en nuestra agenda para planear alguna actividad que amemos hacer, aunque sea sólo por 5 minutos. Cuando apartamos tiempo para hacer regularmente las cosas que nos iluminan, nuestra vida cambia y también lo harán las personas que nos rodean, especialmente si esas personas están involucradas en estas actividades.
2. Vivir en función de nuestras prioridades
A medida que vamos anotando nuestro horario, asegurémonos de que estamos invirtiendo nuestro tiempo en nuestras principales prioridades. Si observamos que mes tras mes, estamos descuidando lo importante y llenando nuestra agenda de trivialidades, es hora de reevaluarnos. Si descubrimos en nuestras anotaciones recurrentes que no estamos viviendo en función de nuestras prioridades, profundicemos en este hecho y seamos realmente honestos con nosotros mismo acerca de cuáles son nuestras prioridades. Reevaluemos nuestra vida y nuestro tiempo para ajustarlos correctamente a lo que es importante para nosotros.
3. Agrupar nuestras tareas similares
Cuando planifiquemos nuestra agenda, consideremos tareas que sean similares o que requieran que estemos en una misma ubicación para unirlas. Esto puede ayudarnos a minimizar el tiempo invertido en la transición de una actividad a la siguiente, lo que puede ayudar a aumentar nuestra productividad. Pensemos en sus tareas diarias y agrupémoslas de manera que permita transiciones fáciles.
4. Establecer plazos de tiempo
Los plazos determinados tienen un carácter poderoso, ya que pueden ayudarnos a aumentar significativamente nuestro esfuerzo. Cuando planifiquemos nuestra agenda, pongamos límites de tiempo en nuestras tareas. Cuando observamos que una tarea debe hacerse en un período de tiempo determinado, nos ayuda a evitar las demoras y a tomar medidas inmediatas. Una forma de perfeccionar el uso de los plazos establecidos por nosotros mismos es aplicar la técnica Pomodoro. Este método, desarrollado por Francesco Cirillo a finales de los años 1980, consiste en usar un reloj para dividir el tiempo dedicado a una tarea en intervalos de 25 minutos (llamados 'pomodoros'), separados por pequeñas pausas. Esta técnica puede ayudarnos a mantenernos enfocados durante el tiempo asignado para cada tarea.
5. Incluir un pequeño paso hacia un gran objetivo
Con el fin de progresar regularmente hacia nuestros grandes objetivos, es importante comprometernos en dar un pequeño paso de acción todos los días. Cada día, escribamos ese paso de acción que daremos al día siguiente para acercarnos a nuestros sueños.
Anotar nuestro horario o agenda es un truco muy simple que sorprendentemente puede cambiar nuestra vida. Cuando nosotros decidimos adónde debe ir nuestro tiempo, nos mantiene enfocados en lo nuestras prioridades. Esto nos permitirá vivir de una manera más satisfactoria. A medida que desarrollemos este hábito, notaremos los resultados positivos.