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#LosXV una tradición indígena muy mexicana


Aztecas celebraban entrada a esta edad y estaban aptas para el matrimonio


México, 24 Dic (Notimex).- La fiesta de XV es quizá el momento más esperado en las jóvenes adolescentes porque marca un hecho trascendente en su vida y, al mismo tiempo, permite resaltar algunos aspectos en la sociedad mexicana que han cambiado conforme avanza el tiempo.

"La fiesta de XV años es, sin duda, una de las constumbres más arraigadas de los mexicanos y debería ser considerada parte del patrimonio cultural intangible", dijo Jorge Arturo Botello Olguín, director general de AB Expos.

Se dice que este festejo data de la época prehíspanica, en la que los aztecas celebraban la entrada de los jóvenes a esta edad. Los hombres pasaban a convertise en guerreros y las mujeres estaban aptas para el matrimonio.

El organizador de Expo15 comentó que esta celebración marca la transición de niña a mujer de la quinceañera. "Sirve como un modo de reconocer que la joven ha alcanzado la madurez y está lista para casarse y formar una familia", expuso.

Por ello, indicó, la fiesta es el espacio ideal para realizar su presentación formal ante la familia y sociedad en general. Hay quienes señalan que este acto es para que los interesados puedan "competir por su amor".

Con la conquista de los españoles, las costumbres perdieron gran parte de su origen y fue integrado al catolicismo. Más tarde, el emperador de México, Maximiliano de Habsburgo, y su esposa Carlota introdujeron el vals y los vestidos glamurosos en el Siglo XIX.

Hoy en día, abundó Botello Olguín, la celebración de XV años ha tenido varias modificaciones sociales porque las jóvenes optan por continuar sus estudios y dejar el matrimonio para una etapa posterior.

Recordó que el color tradicional del vestido de la quinceañera era rosa y en la actualidad eligen otras tonalidades para su presentación. "En los últimos meses, por ejemplo, las niñas han escogido los tonos azules, pero todo es totalmente cambiante como la moda en general".

Sin importar el color, el lugar de la fiesta o el número de chambelanes con el cabello parado o relamido, los "quince" siguien vigentes en la mayoria de las jóvenes mexicanas, quienes maquilladas, peinadas y portando un amplio vestido acuden primero a la tradicional misa.

Botello Olguín expone que nuestro país es preponderantemente católico y el acto religioso es realizado con la finalidad de dar gracias a Dios por este tiempo de vida. En el recinto, la quinceañera comúnmente recibe de sus padrinos una medalla bendecida de manera prevía.

Más tarde, algunas festejadas deciden subir a una limosina y pasear por las calles de su localidad y después acudir a la locación elegida para tomarse la foto del recuerdo con los chambelanes.

El también orgnizador de ExpoNupcias apuntó que los jardines eran antes los lugares más comunes para tomarse la tradicional foto, pero la creatividad e innovación de los fotógrafos ha permitido llevar a las quinceañeras a subirse hasta el paracaídas o buscar edificios en ruinas.

Incluso, dijo, en los salones rentados para la fiesta acoplan una cabina o estudio de fotografía para plasmar cada momento con los familiares y amigos y de inmediato publicarlas en Facebook, Twitter o Instagram.

A ello le sigue una "reventón" en la casa de la festajada o un banquete sencillo en un inmueble reservado para la ocasión. "Hay quienes deciden convertir esta celebración en una fieta temática de París, los premios Oscar o Hollywood, por ejemplo", argumentó.

Las quinceañeras y los organizadores han innovado en muchas cuestiones y han generado necesidades, recalcó Botello Olguín, quien detalló que cada familia gasta en promedio 220 mil pesos para unos XV años, empero, la cifra podría aumentar dependiendo los gustos y deseos.

Precisó que la Expo15 es realizada tres veces al año y en cada edición reciben a por lo menos a seis mil jóvenes, lo que representa ventas por casi cuatro mil millones de pesos anuales.

Esto indica que la fiesta de XV años es un motor importante para la economia de nuestro país, resaltó el entrevistado, al añadir que a ese ingreso deben sumarse los pequeños datalles de otros segmentos: recuerdos, bebidas, fotografía, video y música, entre otros.

Tan solo el servicio de coreografía contratado oscila entre 20 y 25 mil pesos, pero este es uno de los momentos más esperados por los invitados, pues la quinceañera da vida y espíritu a la fiesta con una rutina de bailes, entre ellos el vals con el papá, padrinos y chambelanes.

De esta manera y entre la entrega del último juguete, la colocación de la corona, el brindis y los discuros, algunos de ellos poco atinados, en la fiesta convergen distintan tradiciones en un mismo espacio y que han estado presentes de generación en generación.

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